sábado, 7 de abril de 2012

Y la mujer encontró...

Y la mujer encontró en el suelo una brújula sin agujas, no pudo encontrar el Norte, ni el Sur, ni el Oeste pero se fue con los ojos cerrados al Este. Allí anduvo mucho tiempo con los brazos extendidos para no tropezar con los árboles de un bosque quemado y húmedo. Las raíces absorbieron el color negro y escupieron todos los demás para quedarse con el duelo. La mujer lloraba y en su lagrimal brotaron acacias minúsculas para florecer en primavera.


Muchos años después los hombres mataron lentamente a otro hombre. Fue un asesinato lento y agonioso, pero nadie se acuerda de los ojos del moribundo. En su mirada hoy levantan el vuelo los cuervos.